
En Augusta, todo es tradición, y pocas tradiciones se mantienen con tanto misticismo y exclusividad como la Cena de Campeones del Masters, ese encuentro íntimo y legendario que cada martes de la semana del torneo reúne, a puerta cerrada, a quienes alguna vez se han enfundado la legendaria chaqueta verde.
Este 2025, Scottie Scheffler será anfitrión nuevamente. Lo hizo por segunda vez en su carrera, tras su victoria en 2022 y volvió a golpear con su sólida consagración en 2024, reafirmando su dominio en el golf mundial y, al mismo tiempo, su fidelidad a las raíces. Porque si hay algo que el norteamericano no ha perdido con el paso de los años y los títulos, es su esencia.
El actual número uno del mundo optó una vez más por los sabores de casa, llevando a la “Champion’s Locker Room” del Augusta National un menú que es un homenaje puro al Texas que lo vio crecer. Nada de fuegos artificiales gastronómicos ni excentricidades culinarias. En su lugar, carne a la brasa, picante justo y un postre que evoca infancia. Todo, servido con la calidez y sencillez que lo caracterizan.
El menú de Scottie Scheffler en la Cena de Campeones 2025:
Entradas:
Primer plato:
Plato principal:
Postre:
Así, recordando un poco lo que sirvió en 2023, Scottie brindará una selección que podría encontrarse en cualquier cocina familiar texana un domingo por la tarde, y que transmite algo más profundo que el sabor: identidad.
Tradición que se respeta
Desde que Ben Hogan instauró la cena en 1952, el evento se ha convertido en uno de los rituales más sagrados del Masters. Solo los campeones del torneo pueden asistir. No hay cámaras, ni redes sociales, ni acceso a medios. Es el único momento de la semana donde la gloria se sienta a la mesa con la humildad, en conversaciones que mezclan recuerdos, anécdotas y respeto mutuo.
Por esa sala han pasado leyendas como Jack Nicklaus, Gary Player, Tom Watson, José María Olazábal, Seve Ballesteros, Tiger Woods y Phil Mickelson, además de nuevos íconos como Jon Rahm o el mismo Scheffler, que hoy ya es parte viva de la historia del torneo.
Así, en una época donde las redes sociales y los flashes iluminan más que los swings, Scottie sigue demostrando que, en Augusta, la grandeza también se mide por la autenticidad.